La “ingeniería inversa” es como se conoce a coger un producto (p.ej., un coche) y destriparlo para ver cómo está hecho y así aprender todo sobre sus características. En los ejercicio de ingeniería inversa lo que hacemos es coger un documento real aprobado por la Administración y destriparlo para hacer una autopsia de todos sus componentes y conectarlos con la legislación que estudiamos sobre esa materia.
En este caso, se trata de una modificación de créditos del Ayuntamiento de Zaragoza en el que se aprueban a final de año una serie de suplementos de crédito para hacer un barrido de algunas partidas presupuestarias, y tenemos que analizar por qué ocurre esto.
Los ejercicios de ingeniería inversa no son un test ni un caso práctico, sino una explicación que en lugar de partir de la ley hacia el resultado, parte del resultado hacia la ley, y por eso nos ayudan con ejemplos reales a ver las cosas más aplicadas.
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